Catherine Robbe-Grillet |
En efecto, en aquel entonces Alain Robbe-Grillet era, además del padre del nouveau roman, el movimiento literario que quiso derribar los cimientos de la narrativa clásica, una figura omni presente en la vida cultural y en los medios de comunicación. Había otro motivo para ocultar su rostro. "Cuando recibía peticiones de candidatos par mis relaciones sadomasoquistas, solía citarlo en algún lugar público para observarlo durante unos segundos y decidir si quería reunirme con él o no", explica. "Con el rostro descubierto, no había anonimato posible". Pero al final de aquel programa, el presentador deslizó unos versos con juegos de palabras donde aparecían los términos "vestido" (robe) y "tostado" (grillé). Pocos días después Paris Match publicó su identidad real. Aquello sucedió hace cuarenta años, pero hoy sigue en la memoria colectiva. "Todavía hay gente que se acuerda de mí como la dama del velo", recuerda con una sonrisa.
El libro que la ha traído a España, El contrato de la prostitución conyugal. Catherine Robbe-Grillet (Tricastela) del escritor José Lázaro, es un exhaustivo ensayo divulgativo cuyo título evoca el contrato que Alain Robbe-Grillet redactó para ella poco después de su boda, en 1958. Ella nunca lo firmó, porque no lo consideró necesario; ya entonces había adoptado el rol de sumisa en sus relaciones con él, tal y como había narrado ella misma en La imagen (1956).
Durante la presentación del libro, el sábado en Madrid, se proyectó The Ceremony, el largometraje documental que la cineasta sueca Lina Mannheimer le dedicó en 2014. La película que cuenta con testimonios de colaboradores y fieles, es el mejor testimonio gráfico de la forma estilizada en que Robbe-Grillet concibe sus ceremonias hace décadas. Aunque con su marido siempre ejerció como sumisa en rituales mutuamente pactados, pronto descubrió su potencial en la otra posición, la de dominante o dominatriz.
Lectora de Sade, Huysmans o Rachilde, heredera de una estirpe de heterodoxia francesa ligada a la exploración del deseo y de la sexualidad, Catherine Robbe-Grillet ha perfeccionado durante décadas como autodidacta un tipo de ceremonia que sigue organizando a petición de adeptos y amigos, nunca por dinero. A partir de los años setenta, el desarrollo de sus rituales corrió paralelo a la liberación sexual de la época. También al feminismo con el que ha tenido una relación tangencial. "El Me Too les ha permitido afirmar su deseo". "Pero ahora hay un movimiento inverso. Hay un ascenso terrible del puritanismo, pero dentro 10, 20 0 25 años, irá en el otro sentido. Recuperaremos el deseo de libertad, sin más". "Siempre me acuerdo de Louis Aragon, que decía que "no hay amor feliz". ¡Pobre Aragon!".
Carlos Primo. Madrid. El País, lunes 23 de septiembre de 2024.
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