Olivier Roy |
El fenómeno, según Roy, obedece a varios factores: la mutación de valores provocada por la revolución individualista y hedonista de 1968, la aparición de internet, la globalización financiera neoliberal y la globalización del espacio y circulación de los seres humanos que llama "desterritorización". La cultura se compone de implícitos: ahora se sustituye por un código, y nuestra convivencia se puebla de normas que deben ser explícitas. No ocurre solo en las culturas minoritarias: también se ve en las teóricamente dominantes, que temen ser sustituidas. Los conservadores occidentales no apelan a valores universales sino identitarios, que es justo lo que reprochan a los progresistas. Ambos, a izquierda y a derecha, se ven tentados por una "pedagogía identitaria" que reglamenta la laicidad, el sexo o las costumbres.
Nacido en una familia protestante en la Rochelle en 1949 y profesor en el Instituto Universitario de Florencia, Olivier Roy lleva décadas estudiando la relación entre cultura y religión. Ha escrito sobre el legado del cristianismo en Europa, pero es conocido sobre todo por sus trabajos sobre el islam. Es un académico atípico y a la vez un hombre del 68. Estudió en el prestigioso Lycée Louis -le-Grand, formó parte de la maoísta Gauche prolétarienne, y se marchó a Afganistán en 1969. Frecuentó el país, aprendió persa, y el contacto con las personas y el terreno lo apartó de sus apriorismos y de teorías más rígidas y culturalistas. (...)
Roy, un hombre de izquierdas, prefiere hablar de choque de valores en vez de guerra cultural. Presenta diferencias a ambos lados del Atlántico. En Estados Unidos, las discrepancias no tienen que ver primordialmente con cuestiones económicas o geoestratégicas, sino con valores (el aborto, por ejemplo). La situación en Europa es algo distinta porque los valores de la libertad sexual son más firmes (con excepciones, dice, como Vox y Zemmour). "La paradoja europea es que algunos populistas presentan valores como el feminismo como una identidad frente al islam". (...)
El punto en común de los sistemas normativos, herederos paradójicos del optimismo del 68, sostiene Roy, es su profunda desconfianza en el encuentro con los demás: la crisis de la cultura es una crisis del humanismo.
Daniel Gascón. Ideas. El País, domingo 28 de Julio de 2024.
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