domingo, 8 de septiembre de 2024

Henri Grouès

Abbé Pierre. (Foto: Haley/Sipa)

Henri Grouès, nacido en Grenoble en 1907, más conocido por su sobrenombre de Abbé Pierre, fue  vicario de la diócesis de Grenoble hasta que 1939 fue movilizado durante la Segunda Guerra Mundial, donde pasó a la resistencia, ocultando niños judíos para evitar su deportación. En 1949 fundó el movimiento Emaús. Este movimiento es una organización laica que lucha contra la exclusión y la pobreza. La notoriedad del Abbé Pierre creció como la espuma a partir del invierno de 1954, que fue particularmente frío y mortal para las personas sin hogar. El 1 de febrero de 1954 lanzó un llamamiento memorable en las ondas de Radio Luxemburgo (futura RTL) 33 que se hizo famoso bajo el nombre de "llamamiento del Abbé Pierre".

Al día siguiente, los titulares de la prensa lo llamaron "la insurrección de la bondad". El llamamiento recaudó quinientos millones de francos (incluidos dos millones de Charlie Chaplin, quien dijo en esta ocasión: "Yo no los doy, los devuelvo pertenecen al vagabundo que encarné"). Fue el inicio de su leyenda como figura consagrada a la lucha contra la pobreza que ha perdurado hasta su muerte, 2012.

Se le han dedicado monumentos, libros, películas, documentales. La mera evocación de su figura provoca adoración y admiración sin límites. Hasta ahora.

En los últimos dos meses, doce años después de su muerte, ocho mujeres lo han acusado de abusos sexuales de distinta índole que han hecho aflorar  informaciones varias décadas atrás.

En 1955, el Abbé Pierre se fue al otro lado del Atlántico para, explicó, "hablar con hombres generosos sobre los problemas humanos". Participa en una gran gira de conferencias, es invitado a la televisión, habla en las Naciones Unidas sobre la necesidad de erradicar la pobreza del mundo. El viaje durará quince días. Pero muy rápidamente las primeras informaciones se centran en su comportamiento problemático, según se desprende de los diarios de Jacques Maritain, el filósofo católico que lo acompañó en el viaje y que informó inmediatamente a las altas autoridades eclesiásticas..

En Nueva York, varias mujeres se quejan de los requerimientos sexuales del Abbé y de los tocamientos continuos a los que las sometía. En sus notas personales, Jacques Maritain subraya la necesidad de enviarlo de vuelta a Francia lo más pronto posible para evitar el escándalo y enviarlo a algún tipo de terapia que cure "sus descontroladas pulsiones sexuales". Estas nuevas informaciones  podrían constituir un punto de inflexión, en el caso Abbé Pierre, al subrayar la gravedad de los hechos y el conocimiento que de ellos se tenía desde 1955.(...)

La revelación de estos hechos plantea profundas preguntas sobre la responsabilidad de las instituciones y la idealización de las figuras públicas, recordándonos que detrás de cada icono se puede esconder una realidad diametralmente opuesta a lo que conocemos. Emaús Internacional ha reaccionado creando una línea de ayuda para recoger otros testimonios intentando  verdad de la falsedad en la compleja vida de este personaje al que los franceses consideraban un héroe intocable (fue elegido durante muchos años como la personalidad preferida de toda Francia).

Resulta muy revelador que todas las víctimas hablen de su temor de que su testimonio debilite el compromiso de Emaús contra la pobreza. Por lo que ahora sabemos, a Henri se le pasó por la cabeza esa consideración.

Isabel Coixet. XL Semanal, 1 de septiembre de 2024.

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