sábado, 12 de abril de 2025

Españoles en el Big Bang. Entramos en el CERN, Ginebra, el mayor centro de investigación del mundo

Este colosal laboratorio representa el esfuerzo científico colectivo más ambicioso de la humanidad y demuestra que Europa, cuando se lo propone, también puede liderar. El Gran Colisionador de Hadrones se extiende 27 kilómetros bajo tierra en la frontera franco-suiza. Aquí se recrea el Big Bang colisionando partículas casi a la velocidad de la luz. Los detectores CMS y ATLAS atrapan y analizan las partículas resultantes tras esas colisiones.

"Hay preguntas que me desvelan por la noche", confiesa Mar Capeáns (Santiago de Compostela, 1967), una eminencia del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), donde lleva desde que terminó la carrera, en los noventa. "El 25 por ciento del universo permanece en las sombras: la materia oscura que acelera la expansión del cosmos... No quiero irme sin haber descubierto la siguiente partícula. La que explique algo más de lo que aún no sabemos. Y luego otra... Hasta llegar a la última y entenderlo todo".

El tranvía número 18 serpentea desde Ginebra hacia la campiña. Para llegar al epicentro de la física solo se necesita un billete de transporte público. No es casualidad. Forma parte del espíritu de un centro investigador que se creó en 1954 con vocación de restañar las heridas de la guerra. No para dividir el átomo con letales intenciones, sino para entenderlo. El mayor laboratorio de física de partículas del mundo a primera vista son edificios de oficinas y naves industriales, dispersos en territorio suizo y francés. Pero en el subsuelo, bajo caminos forestales por los que se puede pasear , se encuentra el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), un anillo de 27  kilómetros  a 100 metros de profundidad que imita las condiciones del universo primitivo.

El corazón del LHC parece el delirio de un astrónomo aficionado a la fontanería. Tuberías forradas con 1232 imanes de 27 toneladas, que curvan sendos chorros de partículas, mientras otros 392 imanes se encargan de concentrar los haces. Los protones viajan por dos caminos paralelos en direcciones opuestas, dando once vueltas al circuito por segundo, y se cruzan en varios puntos donde se producen las colisiones.  Todo el sistema se mantiene refrigerado  a -271ºC. El origen de estas partículas  es un dispositivo rojo que parece un extintor.

Capeáns ha estado en todas las gestas del CERN. Por supuesto, en la más memorable. El hallazgo del bosón de Higgs, en 2012 el honor se repartió entre los dos equipos de los dos experimentos principales, ATLAS y CMS. Sus detectores son como dos orquídeas monstruosas que despliegan sus pétalos para atrapar la fina lluvia de partícula que escapan de las colisiones y que emiten energía durante una fracción de segundo, (...)

Miguel Escudero (Orihuela, 1991) irradia entusiasmo: a sus espaldas, una pizarra con las ecuaciones que describen el primer segundo del universo... El CERN representa un ideal: la búsqueda del conocimiento sin garantías de retorno  de inversión. Y sus hallazgos también impactan en la vida cotidiana. Si Tim Berners-Lee no hubiera imaginado la World Wide Web mientras comía en su cafetería, quizá Internet seguiría siendo de uso militar, el modelo americano.

Carlos Manuel Sánchez. XL Semanal, 31 de marzo de 2025.

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