domingo, 6 de abril de 2025

Un homenaje de Estado para Pierre Boulez

Pierre Boulez

El 26 de marzo de 1925 nacía en Montbrison, en el interior de Francia, el que se iba a convertir en la figura señera de la renovación musical. En el centenario de su nacimiento se ha organizado en Francia un macrofestival que empezó en enero y va a tener su momento álgido hoy, día de su cumpleaños. Una comisión dirigida por Laurent Bayle, que ha sido director de la Cité de la Musique desde 2003 hasta 2021, ha dado forma al festival 2025 Année Boulez bajo la tutela directa del Ministerio de  Cultura francés, y con participación e interés personal de la ministra Rachida Dati.

Se sabe muy poco de la biografía personal e íntima de Pierre Boulez, el gran Pierre de Francia. Estudió en su pueblo guardando en secreto su pasión musical. De la inclinación paterna  por que se dedicara a las matemáticas o la física quedó una fijación por las disciplinas lógicas que marcaron su posterior trayectoria. 

En 1944, Boulez se traslada a un París aún ocupado por los nazis para estudiar música. Es un buen pianista y un estudiante radical que abomina del entorno musical de Francia. Influido por su profesor del conservatorio Olivier Messiaen, Boulez siempre quiere ir más lejos. Ya en el París recién liberado, Boulez se bate en todos los frentes: encontrar una línea musical de renovación radical e intransigente, ganarse la vida y comenzar una carrera de compositor. Colabora con la Compañía teatral Renaud-Barrault y, a la vez que compone para los montajes teatrales, se inicia en la dirección de orquesta de manera casi subrepticia: no había otro más cerca en el exiguo grupo de músicos de la compañía.

En sus primeros años, Boulez entra en contacto con los cursos de la ciudad alemana de Darmstadt, donde descubre a los que serían sus compañeros de aventura, el alemán Karlheinz Stockhausen, los italianos Luigi Nono, Luciano Berio y Bruno Maderna  y otro puñado de internacionales que querían empujar el legado del serialismo de Schoenberg y convertirlo en un grado de cientifismo en el que veían la salvación intelectual  del pensamiento occidental.

A mediados de los cincuenta, su patrón Jean Louis Barrault, le ofrece una oportunidad de oro, comandar una serie de conciertos dedicados a la música de vanguardia, sería el  Domaine musical, el ciclo de conciertos para dar a conocer los compositores de la época. Allí nació la doble tripe faceta de Boulez: compositor de piezas aceradas, director y gestor.

En los sesenta, Boulez es ya una gran figura de la dirección y tiene sus primeros conflictos con las autoridades francesas. Da un sonoro portazo a su país a raíz de un conflicto con su ministro  de Cultura, el escritor André Malraux, abandona Francia y comienza una carrera internacional que le lleva a colaborar con algunas de las mejores orquestas del mundo.

Pero a finales de la década, el nuevo presidente de la República, Georges Pompidou, le llama personalmente para que regrese para crear un centro de investigación musical de alto nivel (el IRCAM), instalado en la joya de la corona, el Centro Pompidou, así como un grupo instrumental del mayor nivel técnico, el Ensemble Intercontemporain. Nacía entonces el Boulez institucional que ha terminado permeando la cultura francesa e irradiando todo el entorno internacional.

Su último esfuerzo en este ámbito sería la tutela de la Cité de la Musique, un conjunto de instituciones en el nuevo parque de la Villette. Este gran equipamiento, abierto a mediados de los noventa, quedó cojo para las ambiciones  de Boulez, ya que lo que sería un gran auditorio de corte sinfónico quedó aparcado. En 2006 se retomó el proyecto y comenzó la construcción del añorado auditorio Philharmonie de París, que se terminó el 14 de enero de 2015, con Boulez ya enfermo. Fallecía  en su residencia de Baden Baden, el 5 de enero de 2016.

El centenario de su nacimiento se convirtió en tarea de Estado y, quizá, ha llegado demasiado pronto para evaluar serenamente su estatura histórica. ¿Cómo lo ponderará la historia? ¿Cómo compositor, director, gestor, divulgador? Puede decirse que Boulez torció el brazo de manera casi definitiva a una cierta Francia  culturalmente acomodaticia.

La labor de Boulez director ha sido enorme, y con ello su influencia, pero la historia recuerda peor a los directores que a los compositores. Ahí está el caso de Mahler, uno  de los más grandes directores de su época, pero al que la historia ha terminado recordando, básicamente, como compositor. Se seguirá hablando de Boulez  institucional por mucho tiempo, pero será sin duda  la composición la que mantenga su reputación de gigante de la música. Es cuestión de tiempo. Y tiempo es lo que ha faltado a este centenario sobrevenido en el que Boulez es una figura aún presente.

Jorge Fernández Guerra. El País, miércoles 26 de marzo de 2025.

No hay comentarios:

Publicar un comentario