Los dos museos pusieron la guinda a un camino que abrieron en 2003 el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) -hoy cerrado mientras se reformula su futuro- y el Museo Picasso. La filial francesa y la rusa aún más porque nadie la vio venir. Ambas instituciones afianzaron la marca ciudad de los museos y lograron aumentar una relevancia internacional que la capital de la Costa del Sol no tenía. Sin embargo, desde el comienzo hubo voces que denunciaban la sensación de que Málaga se estaba convirtiendo en una especie de parque de atracciones más centrado en vender marcas y atraer turistas que en potenciar la cultura. "Son infraestructuras puestas al servicio de la industria turística, funcionan como publicidad comercial. Y en ese sentido han cumplido su papel", lamenta el artista Rogelio López Cuenca que cree que "no son más que escaparates". De hecho el turismo se ha multiplicado en estos últimos años a cambio de ahogar a la población local a base de precios imposibles, en especial el de la vivienda. Fuentes del Ayuntamiento subrayan que hasta 144 creadores, gestores y artistas malagueños han pasado por el Museo Ruso, además de otros 207 por el Pompidou.
Pocos dudan -incluso dentro de los museos- que fue ese turismo el trasfondo para impulsarlos, aunque sus responsables opinan que su presencia ha otorgado muchas ventajas a Málaga. Su principal valedor es el alcalde, Francisco se la Torre (PP). "Llegaron para reforzar la cultura para los malagueños y los de fuera. Y también para reforzar la visibilidad de Málaga con una oferta a la altura de las mejores de Europa. Es lo que se planteaba y lo que se ha conseguido", relata el regidor. También subraya cómo el cubo de cristal intervenido por el artista Daniel Buren en el Pompidou de Málaga es ya "parte del skyline de la ciudad".
La historia empezó en 2008 durante un partido de fútbol amistoso entre España y Francia . El regidor aprovechó para proponer al entonces embajador francés Bruno Delaye, la posibilidad de que la ciudad albergase una sede del Louvre o del Pompidou. El primero pensaba ya en su sede de Abu Dhabi, así que se apostó por el segundo. Lo que parecía una anecdótica conversación se convirtió en realidad el 28 de marzo de 2015 en un recinto de casi 2.000 metros cuadrados. Fue la primera sucursal de este museo fuera de Francia. Las exposiciones con obras de Picasso, Barceló, Kahlo, Chagall o Calder se han sucedido desde entonces y el viernes se inauguró una muestra centrada en Kandinsky. A cambio el Ayuntamiento (que gastó cinco millones en adecuar el edificio) se comprometió a pagar un canon de 20 millones de euros y asumir los gastos de mantenimiento, funcionamiento, personal o seguros. Ha costado ya 45 millones. Y esta segunda década será aún más porque el acuerdo fue renovado el año pasado hasta 2035 incluye una subida del 50% del canon anual...
Nacho Sánchez, Málaga. El País, lunes , 31 de marzo de 2025.
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