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Los Nenúfares de Monet en la exposición Desenfocado. Otra visión del arte. |
En efecto, mucho tiene que ver el espíritu de esta exposición con el lugar en el que se celebró primero, incrustado en pleno parque de las Tullerías de París y hogar de Los nenúfares (Les nymphéas). No en vano esta incansable serie de pinturas al óleo introdujo al concepto de lo borroso en el arte, de lo desenfocado, lo difuminado y lo impreciso como elementos expresivos. Esta muestra explora cómo este fenómeno supuso una nueva forma de representar y comprender el mundo para artistas posteriores. Críticos y expertos de la época achacaron a un defecto ocular de Claude Monet aquella forma de pintar. No sabían, y si lo sabían quizá les pareció demasiado temerario reconocerlo, que el maestro de Giverny estaba abriendo nuevos caminos de expresión plástica. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que fuera el primero en echar mano del difuminado: unos 400 años antes, un tal Leonardo da Vinci había expedido la partida de nacimiento de la técnica del sfumato, humo (del italiano fumo, humo), que utilizaría en obras maestras como La Gioconda o La Virgen de las rocas rebajando la intensidad de su paleta y difuminando los contornos para dar a sus pinturas un aspecto borroso, casi etéreo, enigmático, lejos de lo concreto y en ocasiones casi fantasmagórico.
La exposición supone todo un tratado en imágenes (y en los textos del excelente catálogo) de esa nueva huella esencial en la historia del arte. También una reflexión , no exenta de mensaje político, acerca de la dictadura de la certidumbre y la mala prensa de conceptos como el error y la duda en las sociedades de hoy. "La idea de esta exposición nace del hecho de que hay un concepto que la crítica clásica nunca mencionaba cuando se refería a Los nenúfares, es el de lo difuminado, lo impreciso, que además tiene claras ramificaciones en lo social, lo histórico y lo político a partir de 1945 y el final de la II Guerra Mundial", explicaba en una de las salas de la Orangerie Claire Bernardi, directora del museo parisiense y comisaria de la muestra junto con Émilia Philippot. En su opinión, la idea germinal del proyecto, una coproducción del centro que dirige y de la Fundación La Caixa, era "cómo numerosos artistas del arte moderno y contemporáneo, en un momento dado, se plantean dudas y las expresan a través de estas obras, y más concretamente a través de estas obras difuminadas... en una visión no exenta de significación política, ya que actúan por oposición al exceso de certidumbres que la política quiere ofrecer cada día". Todo esto tiene mucho que ver, sostenía la comisaria, "con cuestiones como la investigación científica y con algunas materias de absoluta actualidad, como de la inteligencia artificial"...
Borja Hermoso. El País Semanal, 20 de septiembre de 2025.
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