El autor de Plataforma, El mapa y el territorio o Serotonina dejará, eso sí, de "comunicar pensamientos y opiniones en público". Lo anuncia en la contraportada de Interventions 2020, el volumen de 450 páginas que acaba de sacar la editorial Flammarion en francés y que reúne entrevistas, artículos y ensayos de los últimos 28 años, en parte publicados en libros anteriores. Solo intervendrá de nuevo, añade, "en caso de urgencia moral grave, por ejemplo, una legislación de la eutanasia".
Houellebecq, de 64 años, es un reaccionario que no lo esconde, un dandi adicto a la provocación con opiniones que, si no fuese quien es, posiblemente no sería de recibo en los mismos salones de París, de Londres o Nueva York que le aplauden. Cosas de Michel... El periodista Laurent Joffrin le trató una vez de "beauf"/cuñado: el tipo que prefiere opiniones banales sobre lo divino y humano, sin conocimiento y con osadía. Y algo hay de esto en Interventions 2020, título que imita, o parodia, las antologías ensayísticas de Jean Paul Sartre, tituladas Situaciones, o de Albert Camus, Actuales. El escritor elogia a Donald Trump carga contra la Unión Europea. Despotrica contra el feminismo. Defiende la prostitución. Y formula una particular teoría sobre la pedofilia. Puro Houellebecq. Entre la provocación o la frivolidad, o el humor. Entre la literatura perdurable y la brocha gorda. Entre la pose estética y la doctrina ultra. Entre el dandi y el "beauf". El nuevo libro ofrece el mapa más preciso del territorio ideológico del escritor cuya obra ha publicado en castellano la editorial Anagrama...
¿Habla el personaje? ¿El hombre? ¿Es un escritor político? ¿Un esteta?. En Interventions 2020, Houellebecq deja la marca de su excentricidad y sus humores. Pero también teoriza -con menos destreza que en sus ficciones: no es un ensayista sofisticado- los miedos profundos de la sociedad francesa: Le Pen sacó más de 10 millones de votos en las elecciones presidenciales. Al mismo tiempo, él encarna el último eslabón de una serie de nombres -de Maurras a Céline o, en el bando opuesto, los adoradores de Stalin o Mao- que brillaron como escritores y abrazaron ideologías extremas.
También en eso, Houellebecq es muy francés.
Marc Bassets. París, martes 13 de octubre de 2020
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