sábado, 10 de octubre de 2020

Rimbaud y Verlaine, ¿en el Panteón?

Rimbaud y Verlaine

Arthur Rimbaud y Paul Verlaine, poetas y amantes, podrían entrar en el Panteón, el templo laico de la República, donde reposan los "grandes hombres" de la nación, y un puñado de mujeres. La iniciativa para trasladar los restos al monumento agita en Francia un debate entre literario y político. ¿Es hora por fin de honrar a dos de las mayores glorias de su literatura, perseguidas en su tiempo, y entronizar en su pedestal más alto a sus malditos? ¿O canonizar de esta forma a Rimbaud y Verlaine supone un insulto póstumo a quienes les habrían horrorizado los homenajes oficiales? El presidente Emmanuel Macron tiene la última palabra.

Todo empezó el pasado marzo, justo antes del confinamiento, cuando un grupo de amigos -entre ellos Barré y el ensayista Frédéric Martel-, de excursión por el norte de Francia, visitó el cementerio en Charleville-Mézières, ciudad natal de Rimbaud. Ahí está enterrado el poeta junto a su familia..

"Nos espantó un poco ver al pobre Rimbaud rodeado de los suyos, de quienes no cesó de huir durante su vida y quienes, después de su muerte tergiversaron el sentido de su obra", explicaba hace unos días el editor Jean-Luc Barré, en la presentación de la nueva edición de la biografía de referencia del poeta, obra del ya fallecido Jean-Jacques Lefrère. "Nos dijimos: ¡Hay que hacer algo! ¡Tenemos que sacarlo de ahí! Así comenzó una de esas polémicas que solo podrían ocurrir en Francia, con bandos irreconciliables, tribunas en los medios de comunicación, intercambios descalificativos, y todo, por dos poetas del siglo XIX y por su significado en la historia de de la literatura y para la Francia de hoy.

Más de cinco mil personas firmaron la petición, presentada el 9 de septiembre, para incorporar al poeta de Una temporada en el infierno  y al de lso Poemas saturnianos en el Panteón. "Ambos al mismo tiempo, pero no como pareja", precisa Martel, autor de Sodoma  (Roca Editorial, 2019) y de otros ensayos sobre la historia y la cultura gay global. La actual ministra de cultura, Roselyne Bachelot  lo apoya con entusiasmo. En algunos círculos de estudiosos y lectores de Rimbaud pronto saltaron las alarmas. Y estalló una guerra civil entre rimbaldianos que, como recuerda Martel  en el prólogo de la biografía de Lefrère, viene de lejos, cuando a la lectura católica del poeta Paul Claudel se oponía la surrealista de Louis Aragon y André Breton. 

"Señor presidente, usted que presta atención a los símbolos, no cometa este error, o peor, esta metedura de pata", imploran los firmantes de una tribuna publicada el 17 de septiembre en Le Monde  y firmada por Alain Borer, autor de varios libros sobre Rimbaud, y poetas, escritores y críticos como Adonis, Tahar Ben Jelloun o Antoine Compagnon. Los firmantes sostienen que "es importante afirmar que Rimbaud fue homosexual toda su vida; todo ello lleva a creer que su relación amorosa con Verlaine formaba parte de la provocación antiburguesa". Y ven en el intento de panteonalizarles una señal  de la "americanización que invade la cultura francesa". Una descendiente indirecta del poeta se ha quejado :"Todo el mundo pensará que son homosexuales pero no es verdad"...

Marc Bassets. París. El País, jueves 24  de septiembre de 2020.

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