Lo más sustancioso de la velada lo constituye la Misa en Do mayor op. 86, "la otra Misa". Ya sabemos que la más notoria es gigantesca Misa Solemnis, palabras muy mayores, aunque la que se va a escuchar no tenga nada que despreciar...
Para vestir estas dos composiciones y llevarlas a buen puerto se cuenta con la indiscutible autoridad en este tipo de repertorio, situado entre el barroco y el clasicismo que mira al futuro, del franco-americano Willian Christie, que ya se ha situado más de una vez al frente de los conjuntos estatales. Su peculiar manera de marcar -por supuesto, sin batuta-, su movilidad al compás de la música, su contagioso impulso de aire eternamente danzable, su animación -pese a que ya no cumple los 75-, esperemos que se aclimaten de la mejor manera a los modos de la OCNE, que seguramente actuará algo reducida buscando la mayor autenticidad y respetando las normas fijadas por Sanidad...
Christie se trae a cuatro solistas, tres de ellos pertenecientes a su famoso Jardin des Voix, en el que los cantantes, a veces son solo meras promesas, se hacen y van ganando en experiencia. Voces jóvenes y prometedoras que ya han experimentado en algún caso las mieles del éxito...
Arturo Reverter. El Cultural, 16 de octubre de 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario