jueves, 12 de agosto de 2021

Mira las luces, amor mío

En Mira las luces, amor mío, Annie Ernaux despliega una antropología de los hipermercados utilizando como vehículo un género literario que aquí resulta efectivo: el diario. A lo largo de sus escuetas 120 páginas asistimos a una lúcida reflexión sobre el tiempo en las grandes superficies: el consumo anula la sensación de duración, viene a decir, que "en eses lugares donde el tiempo humano no existe, suplantado por el de las cosas", va circulando la historia colectiva, dejando ver sus mutaciones económicas, familiares y sociales. En los hipermercados, los productos y las marcas se suceden a la velocidad del deseo a la vez que se establece una suerte de limbo ajeno al movimiento discursivo del reloj.  

Dentro de la tradición francesa, los precedentes más claros al libro de Ernaux serían las descripciones hiperrealistas de algunos textos de Robbe-Grillet y la sorprendente antología doméstica que llevó a cabo Georges Perec en Especies de especios. Ernaux sabe ser autocrítica con sus gustos y con los prejuicios heredados que a veces nos pueden pasar inadvertidos, configurando un relato cargado de honestidad intelectual.

En su geografía precisa de las estructuras de un supermercado, Ernaux no se olvida de indicar toda la ideología que se desliza en ellos, todo el sexismo (vinculado a los productos), así como el "papel reaccionario" que desempeñan todas las grandes superficies, donde el capital halla su imagen más fosforescente. Recordemos que Saramago las vio como las nuevas cavernas de Platón. El resultado del texto de Ernaux es un análisis distanciado y a la vez íntimo, y a la vez frío y convincente, de "la vida colectiva, sutil y específica" que se desliza en esos lugares por los que casi todos pasamos al menos una vez por semana. Ernaux nos ayuda a expresarnos mejor en todos sus matices, también en su faceta de antros de la sumisión, que, sin que nos demos cuenta, van gestionando nuestra pobreza y nuestra opulencia. 

Al final de su relato Annie Ernaux perpetra una ruptura amorosa con su hipermercado preferido, consciente de que, además de ser un zoco, es un lugar donde se está ejerciendo el control diario del consumidor.

Jesús Ferrero. Babelia. El País, sábado 17 de julio de 2021

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