Marker, que debe su apellido a los rotuladores permanentes, difícilmente se dejaba fotografiar y rara vez aceptaba entrevistas. Una la concedió en el videojuego Second Life, fiel a su sentido del humor y a su costumbre de operar bajo diferentes logins (Kosinski, Sandor Krasma, Hayao Yamaneko), como quien suma varias vidas. Quizás por eso le fascinaban tanto los gatos. Esta elusividad fue su pasaporte, lo que le permitió transitar libremente de un lugar a otro, en función de sus inquietudes, que por escrito podrían agruparse en tres o cuatro bloques, aunque él las viviera simultáneamente.
Así estaría el que documenta diversas luchas políticas y reflexiones sobre ellas, convencido del poder transformador del cine. El que viaja de un confín a otro atraído por la belleza y sus contrastes, ya sea crítica o poéticamente...Ahora bien, lo que dio una unidad a su obra fue una incasable reflexión sobre las imágenes y el cómo configuran nuestra experiencia. En este sentido viene a cuento lo que dijo Jean-Luc Godard al afirmar que el cine nunca ha sido un buen historiador, pero quizás él fue quien más hizo por solucionar esto, cuestionando retrospectivamente el significado de muchos acontecimientos según el modo en que quedaron registrados en metrajes o fotografías de distinta procedencia y que el propio Marker se divertía ensamblando (...)
En estos tiempos medio amnésicos y en los que corren tantos bulos, las sospechas de Marker respecto a cómo articulamos ciertos relatos en función de lo que retenemos de su imágenes vuelven a ser muy pertinentes, e incluso nos hacen de antídoto: celebremos su aniversario.
"Chris Marker: Són les sis a tota la terra..."Filmoteca de Catalunya. Barcelona. Hasta el 30 de septiembre.
Andrea Valdés. Babelia. El País, sábado 10 de julio de 2021
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