sábado, 23 de septiembre de 2023

Los monjes de Cluny, al rescate de la España vacía

En el año 2012, el monasterio de San Salvador de Oña (Burgos) acogía la edición de turno de la exposición Las edades del hombre bajo el título Monacatus. Una proyección sobre el coro permitía revivir, siquiera durante unos segundos, los cantos de los antiguos monjes benedictinos. Finalizada la muestra, aquellos cantores virtuales volvieron a hacer las maletas para regresar al pasado. Aquel viaje, aquella secuencia visual, parece haber inspirado la mayúscula aventura en la que un grupo de pueblos de ls provincias de Palencia y León lleva varios años embarcado. Los promotores trabajan en la reconstrucción de la antigua red de emplazamientos que, en torno a la poderosa abadía francesa de Cluny, trajeron a la zona su época de mayor apogeo histórico y, a la Península, un nuevo estilo arquitectónico, el románico. El territorio, fuertemente golpeado en la actualidad por la despoblación, reclama ahora, casi un milenio después, el metafórico regreso de los monjes negros para recuperar acaso una pequeña parte de aquel esplendor perdido.

Carrión de los Condes (Palencia) o Sahagún (León), que apenas superan los 2.000 vecinos, y otras visiblemente más pequeñas, como las localidades palentinas Villasirga (169 habitantes) o Nogal de las Huertas (46), forman parte de un ambicioso proyecto de ámbito transnacional que engloba a un centenar de lugares radicados en ocho países. Quien lidera la recuperación de los antiguos enclaves de carácter religioso, económico y cultural impulsados por la orden de Cluny torno a los siglos X y XI es la Federación Europea de los Sitios Cluniacenses. El reto que se ha marcado el organismo con sede en la Borgoña francesa está a la altura de una red que puso los cimientos del actual continente europeo: presentar en 2025 la candidatura ante la Unesco para la inscripción de estos bienes en la lista de Patrimonio Mundial.

Pese a la dimensión internacional que ha adquirido la empresa, su germen tiene mucho que ver con la investigación  de los orígenes medievales en el monasterio palentino de San Zoilo. La reconversión del edificio en hotel a principios de los noventa ha permitido a los nuevos responsables identificar  elementos románicos -de la época de Cluny-tan significativos como la antigua iglesia o el primitivo claustro, cuyos restos se encuentran bajo el actual, una obra maestra gótico-renacentista. Los hallazgos han ido alentando al gerente del hotel, José Antonio Perrino, a investigar  y sumar apoyos para rescatar aquella potente red cluniacense  bajo cuya actividad el territorio vivió sus tiempos de mayor crecimiento. Esa labor ha llevado a Perrino a convertirse en el primer miembro no francés en la directiva de la Federación Europea de Sitios Cluniacenses, a la que persuadió en 2017 de asaltar el reto de la Unesco.

"Hoy miramos más a Alemania. Cluny era economía, por el euro, pero había cosas más importantes, como las ideas o la filosofía, y eso fue lo que nos movió a presentar a la federación una propuesta para poner en valor lo que de verdad nos hace ser europeos", argumenta José Antonio Perrino. La idea caló en una institución que agrupa a más de dos centenares de lugares relacionados con la orden medieval. De ellos un centenar se sumarán a la candidatura: el 70 % situados en Francia, y el resto por todo el continente, salvo la basílica de Josafat (Israel) o el actual yacimiento arqueológico subacuático cluniacense que llevó los tentáculos de los monjes hasta Turquía.

En el caso de la península ibérica, la corriente cluniacense llegó con fuerza y alumbró la construcción de numerosos monasterios y otros edificios en torno al Camino de Santiago, con San Zoilo y Nájera como principales embajadores de la orden. Los antiguos territorios de Castilla y León  fueron "protagonistas de la historia". Perrino cita, para justificarlo, la celebración de "cortes, concilios y matrimonios reales". "Si Castilla pudo sufragar el descubrimiento de América es porque aquí se habían establecido los recursos económicos más importantes: la comida y el vestido, el trigo y la lana", enfatiza el gerente del hotel. También en torno al siglo XI, el monasterio leonés de Sahagún -el llamado Cluny español por su opulencia y declive final- impartía estudios superiores y tenía la capacidad e acuñar moneda...

José María Sadia. El país, sábado 26 de agosto de 2023


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