jueves, 28 de septiembre de 2023

El territorio de la destrucción

Hace ya casi treinta años una veinteañera publicó en Francia una brutal novela con el escandaloso título de Fóllame. Virginie Despentes (Nancy, 1969), de apellido real Daget, acusada de obscenidad por muchos, fue considerada por los gustos literarios la novelista punk más corrosiva y brillante de los años noventa. Tenía en su curriculum problemas de alcoholismo, depresiones, internamientos en psiquiátricos, una violación a los 17 años y un gran talento para describir el infierno de las drogas y la marginalidad. La autora del ensayo posfeminista Teoría King Kong y de la trilogía sobre el personaje caído en desgracia, Vernon Subutex, una radiografía de los marginados en las calles de París, es hoy jurado del Goncourt, traducida a una treintena de lenguas, y en 2010 obtuvo el Premio Renaudot por Apocalipsis Bebé (Random House).

Ya nadie teme a Despentes. Su demoledor paisaje de las sociedades contemporáneas está más que asumido. Su lenguaje feroz y coloquial, sus desinhibidas escenas sexuales, su malditismo, son ahora la mirada punzante sobre las violencias sexuales. Si Vernom Subutex caía en picado en el abismo, en Querido capullo se retrata con ironía y lucidez a unos seres debatiéndose en los remolinos existenciales.

Moderna novela epistolar a través de los mails/digresiones entre los dos protagonistas principales. El "querido capullo" es Oscar Jayack, un escritor cuarentón que ha llamado en Instagram "vieja. burda, descuidada, de piel repulsiva" a una famosa actriz en la cincuentena. La actriz Rebeca Latté, politoxicómana, lúcida y desafiante, le replica en un mail vitriólico, dirigida a "Querido Capullo": "Eres como si una paloma me cagara en el hombro una guarrada"(...)

Numeroso temas conflictivos contemporáneos planean en el discurso de Oscar y Rebeca y en los manifiestos de Zoé, un tercer personaje, activista feminista contra el acoso cibernético: la infancia desclasada, la rabia, los engaños del éxito, la violación, el rap negro, el acoso en las redes, los feminismos y sus derivas, los psiquiátricos, la decrepitud o el confinamiento. (...)

Virginie Despentes es, tal vez, menos inquietante, tiene más fe en sus personajes, pero sus recorridos por la realidad no dejan de mostrar  la desintegración de una sociedad llena de trampas.

Lourdes Ventura. El Cultural, 22-9-2023.

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