Ya nadie teme a Despentes. Su demoledor paisaje de las sociedades contemporáneas está más que asumido. Su lenguaje feroz y coloquial, sus desinhibidas escenas sexuales, su malditismo, son ahora la mirada punzante sobre las violencias sexuales. Si Vernom Subutex caía en picado en el abismo, en Querido capullo se retrata con ironía y lucidez a unos seres debatiéndose en los remolinos existenciales.
Moderna novela epistolar a través de los mails/digresiones entre los dos protagonistas principales. El "querido capullo" es Oscar Jayack, un escritor cuarentón que ha llamado en Instagram "vieja. burda, descuidada, de piel repulsiva" a una famosa actriz en la cincuentena. La actriz Rebeca Latté, politoxicómana, lúcida y desafiante, le replica en un mail vitriólico, dirigida a "Querido Capullo": "Eres como si una paloma me cagara en el hombro una guarrada"(...)
Numeroso temas conflictivos contemporáneos planean en el discurso de Oscar y Rebeca y en los manifiestos de Zoé, un tercer personaje, activista feminista contra el acoso cibernético: la infancia desclasada, la rabia, los engaños del éxito, la violación, el rap negro, el acoso en las redes, los feminismos y sus derivas, los psiquiátricos, la decrepitud o el confinamiento. (...)
Virginie Despentes es, tal vez, menos inquietante, tiene más fe en sus personajes, pero sus recorridos por la realidad no dejan de mostrar la desintegración de una sociedad llena de trampas.
Lourdes Ventura. El Cultural, 22-9-2023.
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