viernes, 8 de septiembre de 2023

Picasso en el ballet "Parade"

1917. Pablo Picasso: Diseño de escenografía para el ballet Parade

A Picasso le gustaban las melodías pegadizas y el espectáculo visual del flamenco, del cabaret y del café cantante. También lo atraían los instrumentos musicales por lo que sugerían estéticamente, pero la música clásica no le interesaba. Y por suerte, cuando Cocteau le propuso ser el escenógrafo y figurinista de Parade, una obra revolucionaria que estrenarían los  Ballets Rusos en París, aceptó y se implicó en el proyecto con verdadera pasión. No era para menos. Parade nacía para romper con el ballet clásico por las convicciones vanguardistas del director Serge Diághilev y de su coreógrafo Léonide Massine, que encargaron el proyecto al poeta Jean Cocteau, el provocador más activo del cultura francesa, y le pidieron que eligiese el músico el artista plástico más adecuados. Cocteau que se guiaba por la máxima "el genio en el arte consiste en saber hasta donde podemos caminar demasiado lejos", no tuvo dudas: el pianista y compositor Éric Satie haría la música y el pintor y escultor Pablo Picasso los decorados y el vestuario. Satie estaba ilusionadísimo porque Parade le daba la oportunidad de continuar la labor de compositor que iniciara con éxito  en Preludios para un perro y Deportes y diversiones; pero era tal admiración que sentía por Picasso, confiaba tanto en él, que no aceptó hasta que estuvo seguro de su participación.

La obra Parade se estrenó el 18 de mayo de 1917 en el Théâtre du Châtelet  de París, durante la Primera Guerra Mundial, y al escándalo por lo que la obra tenía de innovadora en el texto, en la música y en la escenografía, se sumó la acusación de germanófila, sin ninguna razón. Para provocar era suficiente el trabajo de los creadores...

El impulso creativo de Picasso en Parade se entiende porque en los años 1916 y 1917 era consciente de que el cubismo no daba para más y se enfrentaba al reto de sustituirlo poco a poco. El telón de Parade fue un nuevo y formidable experimento. Lo pintó en Italia después de emocionarse con Rafael  y de enamorarse de Olga Kpklova, la bailarina de los Ballets Rusos que sería su mujer. No hizo un telón cubista como todos esperaban, sino un lienzo con el iniciaría el "segundo período rosa". En realidad el Picasso de Parade fue absolutamente ecléctico y en la representación alternó esculturas cubistas con otras modernistas  y la de Nena Americana absolutamente realista...

A pesar de los escándalos que se producían en cada representación, pronto se reconoció que los creadores de Parade hicieron una obra clave para el nacimiento del ballet contemporáneo. Satie fue el gran triunfador porque se consagró como compositor, pero él y todos sabían que la aportación más original y valiosa había sido la de Picasso.

Siro. La Voz de Galicia, lunes 14 de agosto de 2023-

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