viernes, 22 de septiembre de 2023

El Goncourt choca con la corrección política, 2

Philippe Claudel, secretario general de la Academia Goncourt, declaró a Le Monde: "Olvidemos esta polémica. Los perros ladran, luego la caravana del Goncourt cabalga". Y defendió que los sensitivity readers no son algo novedoso. "Los editores siempre han releído los textos con atención, sobre todo aquello que podía causar polémica. Hay manuscritos que pueden ser revisados por  abogados, trabajados por editores, y esto no choca a nadie".

Tahar Ben Jelloun, jurado del Goncourt, opina por teléfono que las lecturas sensibles "son buenas para las cartas diplomáticas, pero  no son posibles para crear literatura". Ben Jelloun no duda de que, en la próxima reunión del jurado, "habrá debate". 

Aflora, con la polémica de los sensitivity readers, una diferencia entre generaciones: "No es el espíritu francés", afirma otro miembro del jurado, Pierre Assouline.  "Pero el espíritu francés está cambiando: los jóvenes están muy influidos por todo esto".

Reflexiona Assouline: "Un actor que necesita este tipo de censura, para mí no es un escritor. Jamás en la historia se la literatura escritores se han comportado así". Y añade: "Hacer leer a un amigo para tener su opinión, todo el mundo lo ha hecho, y hacérselo leer a su editor para que lo edite, también. Pero hacérselo leer a alguien por razones étnicas, raciales o comunitarias, esto no es posible. Escomo si le pidiese a Javier Cercas que un sensitivity reader catalán leyese el manuscrito de Tierra Alta para que le dijese si lo que ha escrito ofenderá a los catalanes.

Assouline recuerda que Hervé Le Tellier, Goncourt en 2020 por La anomalía, le contó que al traducirse la novela al inglés, recibió una llamada de un sensitivity reader de la editorial en Nueva York. "Aguanté y finalmente no pasó nada"., le dijo Le Tellier. Lo mismo explica Élisabeth Roudinesco en el posfacio de su ensayo El yo soberano: un día recibió un mensaje de un sensitivity reader de la editorial que publica el libro en inglés. Su misión, escribe Roudinesco, era "proteger de insultos que podían perjudicar al libro". Entre otras sugerencias,  figuraba suprimir una alusión  a un antepasado suyo que participó en masacres de nativos en Tierra de Fuego en el siglo XIX, y la crítica al cambio del título, en ediciones modernas, de la novela Diez negritos Agatha Christie.

Roudinesco se negó al cambio y el editor lo asumió. Ahora explica: "No es obligatorio obedecer a las tonterías. No cambia nada a las ventas del libro. Y no tiene nada que ver con el verdadero trabajo editorial. Hay que luchar contra estas costumbres que, en Francia y en Europa no funcionan". 

Michel Houllebecq, quizá el escritor francés más susceptible de ser sometido al desminado políticamente correcto, responde a una pregunta escrita sobre la cuestión: "Como todo el mundo, he oído hablar de los sensitivity readers (...), pero personalmente nunca me he visto confrontado a ellos".   

Marc Bassets. El País, domingo 17 de septiembre de 2023.          

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