domingo, 24 de septiembre de 2023

Francia, 2023: el debate "central"

                                                 Foto de Ed Alcock

Lo más pequeño a veces explica lo más grande. El mundo busca donde encontrar la energía para seguir funcionando sin destruir el planeta. Para algunos países, las centrales nucleares son la solución. Es el caso de Francia. Otros, como Alemania o España, han decidido renunciar a esa fuerza energética. Mientras tanto, hay pueblos de unos pocos miles de habitantes donde el dilema se vive a flor de piel, En las llamadas zonas de riesgo -el radio de cinco kilómetros alrededor de una central atómica-, los interrogantes sobre los beneficios y riesgos del átomo forman parte de la rutina cotidiana. ¿Una bendición o una condena? 

Hay algo en estos municipios de aquellos poblados del Lejano Oeste donde se había encontrado una mina de oro o un pozo de petróleo. Suelen nadar entre la abundancia y disfrutar del pleno empleo.. Las infraestructuras son óptimas. La central irradia prosperidad. Al mismo tiempo, la presencia física de la central es una realidad insoslayable: un recordatorio permanente de que las chimeneas e instalaciones no son una fábrica al uso. Pese a la posibilidad estadísticamente muy reducida de un accidente, si un día eso ocurre -como sucedió en Chernobil en 1986 o provocado por un tsunami, en Fukushima en 2011-, las consecuencias pueden ser terroríficas.

Algunos argumentos locales  a favor y en contra, se repiten a escala nacional, europea y global. A favor de la energía atómica: es limpia, si por limpia puede entenderse que no emite gases de efecto invernadero, pues la cuestión de los residuos sigue abierta. Y se supone que garantiza la soberanía energética. En contra: los riesgos que entraña y los residuos. Y otro: su coste, que desvía los esfuerzos de las inversiones en energías renovables (...)

Francia, segundo país del mundo con más centrales nucleares, es un campo de pruebas. En,  municipios como Braud-et-Saint-Louis, Saint-Paul-Trois-Châteaux, Petit Caux o Belleville-sur-Loire, todos estos debates no son abstractos, sino que afectan a vidas muy concretas en lugares muy  concretos. El fotógrafo Ed Alcock ha visitado estos lugares y ha conocido a estas personas. Y lo cuenta con imágenes y palabras. Lo ha hecho en el marco de un encargo titulado Radioscopia de Francia e impulsado por el Ministerio francés de Cultura y la Biblioteca Nacional, al estilo de los programas documentales  del new deal de los años treinta en Estados Unidos. El resultado es una historia francesa y europea que habla de nuestro presente y de nuestro futuro, de nuestras certezas y de nuestros miedos. El retrato microscópico de un desafío universal,

Marc Bassets. El País Semanal, 22 de julio de 2023.

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