viernes, 22 de agosto de 2025

El Junior Ballet Parisiense presenta su cantera

Son tan jóvenes que nadie esperaría tal habilidad. Relevés precisos, entralacés bien dibujados y pirouettes de quien lleva años haciéndolas. Bailan mientras atienden como soldados las órdenes de los directores  que les corrigen alguna imprecisión . Es un grupo homogéneo de bailarines espigados,  musculosos, que no superan los 25  años pero que ya llevan a sus espaldas un apellido imponente en el mundo de la danza, el  del Ballet de la Ópera de París. con un matiz: son parte de del recién fundado Junior Ballet, un paso previo a la compañía puntera en la élite. Han estado ensayando en el escenario que el festival de los Veranos de la Villa monta  en el escenario del Centro Cultural Conde Duque de Madrid, donde actuaron ayer y volverán a hacerlo hoy, y en Santander el viernes.

Uno de los que corrige es el español Jose Carlos Martínez, antigua estrella de esa formación y director de la compañía principal desde 2022, tras su etapa al frente de la Compañía Nacional entre 2011 y 2019. El proyecto puesto en marcha por Martínez, un modelo extendido en muchas de  las grandes compañías de ballet del mundo, reúne a 18 bailarines  de entre 18 y 23 años, de site nacionalidades distintas . Son aventajados en lo suyo. Todos tienen formación en las mejores escuelas  del mundo y llegaron a la compañía tras unas audiciones donde participaron cerca de 1.000 jóvenes. Aunque la idea principal  de Martínez es crear un vínculo entre la compañía estelar y la propia escuela de la Ópera -fundada en 1713 por Luis XIV-, de donde han salido 12 de los 14 étoiles (estrellas) que tienen hoy la formación principal.

"Tenía que existir una transición más suave antes de llegar a la vida profesional. Es una etpa importante . Este es el momento  donde estas buscando el primer contrato profesional, pero a la vez terminando de desarrollarte físicamente y sigues aprendiendo", explica Martínez. 

A los jóvenes , que inauguraron este proyecto el otoño pasado les ofrecen un contrato de "profesionalización" de dos años donde combinan aprendizaje con trabajo de élite. "Tienen una seri de clases, de distintos tipos de danza, de su historia... Y luego viven experiencias con los coreógrafos, con los maestros de baile, los repetidores que montan los ballets del repertorio de la Ópera de París. Aprenden todos los ballets y pasan así los cuatro primeros meses antes de montar el espectáculo", añade el director.

El gran objetivo de todos ellos, explica el valenciano de 22 años Santiago Sales -uno de los dos españoles del Junior-, es quedarse en la compañía senior al terminar. "Esa es la idea del Junior Ballet, o entrar en la Ópera o en alguna otra buena compañía. Aunque todos queremos quedarnos en París".

Pero probar las mieles del elitismo y el glamur de representar a la agrupación centenaria implica también dosis elevadas de exigencia. "Ghislaine Thesmar (reconocida bailarina francesa) dijo que la Ópera de París es una máquina donde si no eres fuerte no puedes estar", relata Martínez. Por eso además de buscar talento, la característica que más importa a la hora de seleccionar es la fuerza mental. Las enormes exigencias físicas (mantener el peso, desarrollar el cuerpo, lesiones constantes...), la innata competencia para sobresalir y la exigencia psíquica que conlleva la perfección, pueden afectar notablemente  a la salud mental de los jóvenes. La nueva compañía, más allá del psicólogo de base , no incorpora ningún mecanismo adicional para garantizarla. A pesar de ello, el director reconoce tener el tema presente: "Creo que ese es mi reto ahora. Hacer que los bailarines puedan evolucionar, pero teniendo en cuenta esos factores que antes se tenían menos en cuenta".

Rodrigo Naredo. Madrid. El País, miércoles 30 de junio de 2025.





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