Sandrine asume el papel de Suzanne, una joven de 16 años nacida de una madre trastornada y criada en el seno de una familia desestructurada . Con un hermano que la maltrata y un padre ausente, Suzanne utiliza las relaciones casuales con hombres como forma de evasión de la realidad. Ella cree en el sexo libre, al límite del desenfreno.
En el drama hace acto de presencia el propio Pialat , que encarna a un peletero que en contraste con la irrespirable atmósfera de la familia parisina , aporta lucidez y equilibrio a la historia.ro decenios después de su aparición, el filme no ha perdido vigencia. La obra de Pialat es capaz de mantener sus constantes : abundancia de diálogos -con sus respectivas referencias culturales- , cámara suelta en un descuido calculado, secuencias largas e intensas de apariencia improvisada y el tópico recurrente del amor y sus circunstancias.
En este largometraje hay momentos brillantes, pero quizá es la comida final en la casa familiar lo que mejor sintetiza y expone las líneas estilísticas del autor. Las recurrentes alusiones a la pintura, la literatura y el cine -alguien vio una exposición en Berlín con la rapidez de la visita al Louvre en Banda aparte (1964) de Godard- dotan de sentido a la que muchos consideran la película más redondeada de Pialat. Em fin, una obra genuinamente francesa.
Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, viernes 11 de de julio de 2025

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