sábado, 18 de octubre de 2025

París en movimiento, Santiago de Compostela inquieta

Torre de Santiago en barrio parisino del Marais.
(Wikipedia)

París es la ciudad más jacobea de Europa. El Camino Francés arranca al pie de la torre de Santiago, en el límite  del barrio del Marais, que se salvó de sucumbir  a las contundentes reformas  haussmannianas gracias al escritor y ministro de de Cultura André Malraux. París capital es una ciudad bien compuesta, serena, con ese ritmo horizontal y vertical de cornisas, balcones y ventanas, un eclecticismo conformista que da la impresión de que siempre sigue igual.

Anne Hidalgo la emprendedora alcaldesa, lleva un lustro  moviendo el teme  de la movilidad  con más de cien proyectos de peatonalización y ecologización, lo que prefiero llamar rehabilitación urbana. Hace cinco años se tomó la decisión  de ordenar el tráfico en la Rue de Rivoli, segregando un carril para automóviles, otro para autobuses y dos para bicicletas, mediante señalización horizontal, sin intervenciones arquitectónicas. Aún está a prueba. Sin duda se logró disuadir una parte de la circulación de un lado del Louvre, pero tengo la sensación  de que la densidad del tráfico  se traslado a los quais de la rive gauche del Sena. Hay que decir que el transporte "bípedo" está apoderado: ciclistas que van a trabajar, de paseo o de compras con esas bicis de VeLib con cestita verde, patinetes, skaters, repartidores que sustituyeron  a las mochilas isotérmicas por remolques... Muchos creen tener prioridad sobre los peatones  que deberían ser los primeros.

Mientras ingresando a diario miles de coches individuales en los centros urbanos, la solución es difícil, porque la ciudad no es capaz de digerir ese flujo, el transporte público siempre será insuficiente. La alternativa llegará poco a poco, cuando la tecnología  y el mercado proporcionen recursos como esos autobuses pequeños, frecuentes, eléctricos y sin conductor que se están ensayando, y cuando los ciudadanos interioricemos  y nos responsabilicemos  del desgaste de las ciudades.

En las urbes contemporáneas, la relación entre lo público y lo privado, tanto en la circulación como en las concesiones  de ocupación  de las calles y de las plazas, sigue siendo un desafío , un asunto político que la arquitectura no puede resolver a priori. En relación con la ciudad histórica de Compostela, Alfonso Salgado y yo venimos manteniendo públicamente, desde hace años, que es necesario disponer de una visión  que capte tanto el espíritu  de la ciudad como lo que ocurre en el contorno del eje viario, sino se pierde el contexto. Esperemos que el concurso de ideas para transformar el llamado conector central nos lleve a un pensamiento urbano profundo, sosegado y en común entre los concejales, las otras Administraciones y la ciudadanía. 

Gerardo Estévez. La Voz de Galicia, sábado 11 de octubre de 2025

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