La Redidencia de Francia en Madrid |
Sólido intelectual con una especie de sensibilidad por el arte y que ya había sido embajador de su país en Brasil, Saint-Geours se encontró cuando llegó a Madrid con el reto de tener que renovar el edificio que desde los años 60 del siglo XX ha sido la residencia del embajador de Francia en España. "Desde París me estaban pidiendo que enviase los grandes tapices del siglo XVII, obra de Charles Le Brun y realizados en la Manufacture Royale des Gobelins que decoraban el Gran Salón. Uno cuenta el Tratado de los Pirineos en la Isla de los Faisanes y el otro el matrimonio de Luis XIV y María Teresa de Austria, infanta de España, en la iglesia de Saint-Jean de Luz", revela el embajador. Los tapices estaban en Madrid desde 1939 y necesitaban una restauración, sobre todo porque el ambiente seco de la ciudad afecta a los hilos.
Saint-Geours, que había sido el primer presidente del ente público del Grand Palais de París entre 2007 y 2009 y principal artífice de que el recién fallecido Karl Lagerfeld celebrase allí celebrase allí todos los desfiles de Chanel, no podía sustraerse a cuidar esos tesoros públicos. "Al mismo tiempo me dí cuenta de que era necesario hacer una reforma ambiciosa, cambiar el ambiente y poner un poco de modernidad. Tantas décadas sin hacer nada..."puntualiza el embajador.
La Embajada de Francia tiene la cancillería en el denominado Palacio de Arenzana (1879), en la calle Salustiano Olózaga, 9 de Madrid, al lado de la Puerta de Alcalá, que fue adquirido por el Estado francés en 1882. La Residencia de Francia está en el 124 de la calle de Serrano y ocupa una parcela de 18.640 metros cuadrados entre las calles de María de Molina, Serrano y López de Hoyos. Francia se lo compró al Marques de Urquijo en abril de 1941 por tres millones de pesetas de entonces. Cuenta con un jardín de 15.700 metros cuadrados, lo que lo convierte en el más grande del centro de Madrid. En esta parcela hay una piscina y varias edificaciones. La principal, de estilo modernista, tiene en la planta baja los salones para recepciones, un gran comedor y el despacho del embajador. En la segunda está la residencia privada del representante diplomático y en la última las cocinas y habitaciones para empleados. En la residencia trabajan de forma permanente nueve personas, entre ellas el chef francocolombiano Tomás Sepúlveda, responsable de los fogones desde septiembre de 2018. Cuando hay celebraciones especiales, como el 14 de julio en el que se congregan hasta 4.300 personas, lógicamente hay apoyo externo. El embajador no ocupó este edificio hasta 1968, residía en una casa dentro del recinto que se llama Ville Andalouse, hoy vivienda del ministro consejero, numero dos de la embajada.
Traer a Picasso no fue tarea fácil. "Como devolvíamos a París dos tapices emblemáticos de las relaciones franco españolas y tesoros artísticos, mi objetivo fue obtener algo del mismo nivel afectivo e histórico para la vivienda", comenta Saint-Geours. Por su trabajo anterior como subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores sabía que el Patrimonio Nacional francés era propietario de dos históricos tapices de Picasso, guardados (casi escondidos) desde hace más de 30 años en París, y que solo se habían mostrado en público en los años 80 del siglo pasado. Ha sido el trabajo conjunto de Patrimonio, Exteriores y Cultura y hasta saber que venían a Madrid fue un pulso. Amable, pero un pulso", se ríe el embajador...
Ana Montenegro. Fuera de serie. El Mundo, domingo 31 de marzo de 2019
Ana Montenegro. Fuera de serie. El Mundo, domingo 31 de marzo de 2019
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