viernes, 26 de abril de 2019

Las benévolas en Amberes

Les bienveillantes llevada a escena por Calixto Bieito.
No hubo cruces gamadas ni uniformes nazis en el escenario porque su intención no es ser una ópera sobre el nazismo ni el Holocausto. Ésta es una ópera que quiere hablar sobre la capacidad del ser humano para cruzar el lado más oscuro e impensable de la condición humana. Así es Les bienveillantes/Las benévolas, del compositor Héctor Parra, basada en la novela homónima del estadounidense Jonathan Littell y llevada a escena por Calixto Bieito, que la noche del miércoles vivió su estreno absoluto en la Ópera Vlaanderen de Amberes, coproductora del espectáculo junto con él Staatstheater de Nuremberg y el Teatro Real de Madrid.
Diez minutos de aplausos sellaron el triunfo de un título preparado para inscribir su nombre en el repertorio de grandes creaciones líricas del siglo XXI; todo un mazazo a los sentidos de los espectadores que llenaron la sala, entre ellos, el propio Littell.
Con libreto del austríaco Händl Klaus, la ópera recrea la historia del oficial de las SS Max Aue, para la cual Parra ha escrito una partitura colosal, de gran fuerza dramática  y plena de sutiles referencias musicales. En total, tres horas de música, dirigidas con pulso firme por el alemán Peter Rundel y que Bieito ha plasmado en una impactante propuesta escénica.
Con la voluntad clara de no recurrir a ninguna simbología reconocible, el realizador apuesta por el escenario desnudo, que a medida que avanza el espectáculo se va llenando de horror y suciedad, en clara metáfora de la degradación física y moral de un individuo y una sociedad. En este espacio, y con una soberbia dirección de actores, asistimos al descenso a los infiernos del protagonista, un hombre culto, amante de al literatura y de la música convertido en implacable ejecutor de la solución final...
Ana María Dávila. Amberes. El Mundo, viernes 26 de abril de 2019 

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