Por primera vez en su carrera Pierre Schoeller se hace cargo de una película de época, pero sin abandonar las inquietudes políticas sobre las que se sustentaban sus dos largometrajes previos. Su ópera prima, Versalles, con una mirada heredada parcialmente del cine de los hermanos Dardenne, seguía a una joven sin techo y a su hijo por las calles de París. Más adelante El ejercicio del poder (ganadora del premio FIPRESCI en el Festival de Cannes de 2011 y su trabajo más aplaudido hasta la fecha) exploraría las consecuencias de una tragedia humana para la clase política francesa.
Ahora Schoeller escribe y rueda un filme que tiene lugar en el París de 1789, con la Bastilla recién tomada y los horizontes de un futuro mejor latiendo poderosamente en el corazón de miles de desclasados. En la Asamblea Nacional, consecuencia de la revolución triunfante, se entrecruzaran los destinos de los grandes hombres y de aquellos cuyo nombre no ha pasado a la historia. El nuevo sistema político promete la ilusión de un mundo mejor para la lavandera Françoise, quien, acompañada de otras personas humildes, luchará por sus sueños cueste lo que cueste. Conocerá así a Basille, un huérfano sin familia, gracias a quien, en el fragor de la sublevación, encontrará asimismo al amor. Pero mientras ellos tejen sus propios destinos, en la Francia de la época se tomaban las decisiones más relevantes para el porvenir de Occidente. El surgimiento de la República y la vida del rey, que pende de un hilo, serán cruciales en sentidos mucho más complejos de los que Françoise esperaba.
I.P.R, Guía del ocio, 5 de abril de 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario