viernes, 20 de octubre de 2023

El fauno con acento japonés, en el Real

Madeline Wong y Óscar Comesaña en un momento de Faun.
 Foto: Gregory Batardon

Desde que en 1962 el Gran Teatro de Ginebra apostó por una compañía de ballet permanente, formada ya desde sus inicios por 21 artistas, la apuesta por la danza en la ciudad suiza ha sido una garantía de calidad. Cada año presenta dos coreografías que terminan girando por los escenarios más importantes del mundo. Es el caso de las piezas Faun y Ukiyo-E, que llegan al Teatro Real el  11 de octubre de la mano de su actual director artístico: Sidi Larbi Cherkaoui. 

El coreógrafo belgamarroquí, que ha regentado durante siete años el Ballet Vlaanderen de Flandes, presentará Faun con la escenografía de Adam Carré y la música de Claude Debussy y Notin Sawhney. Protagonizada por Oscar Comesaña y Madeline Wong, el montaje, en el que destacan sus referencias mitológicas y animales, tiene su origen en el Preludio a la siesta de un fauno, de Nijinski. La diferencia con respecto al bailarín y coreógrafo ruso es que el encuentro entre el fauno y la ninfa se convierte en diálogo. Frente a la idea originaria del despertar del sexo, Cherkaoui abraza el encuentro carnal de estas dos criaturas a través de un juego esencialmente físico, enfatizado por los serpenteantes pasos de los bailarines. En la propuesta resulta clave la electrónica que Sawhney propone en algunos pasajes.

"En mi trabajo coreográfico imagino la energía de los cuerpos como la del agua: cuerpos arrastrados por mareas o por olas más tranquilas, cuerpos arrojados en todas direcciones como si hubieran salido de una gran tormenta", explica Cherkaoui.

La otra pieza que podrá verse en el Teatro Real -en enero pasó por el Arriaga- es Ukiyo-E. Estrenada en el Gran Teatro de Ginebra el año pasado, llegará con la música de Szymon Brzóska y Alexandre Dai Castaing y con la escenografía de Alexandre Dodge. La obra se pregunta cómo sobrevivir en un mundo en constante crisis. Cherkaoui se inspiró en el término japonés que significa "imágenes del mundo flotante". "El mundo que quiero evocar en Ukiyo-E. es un lugar de paz e intercambio, donde todos encuentran su lugar junto a los demás. Aunque a veces no parezca haber mucho espacio, todo encaja. La danza también conlleva este sentido de comunidad", señala el coreógrafo a El Cultural.

La propuesta de Dodge tiene un entramado de escaleras imposibles en las que los bailarines se pierden con sus movimientos. Todo ello, para evocar tanto el ascenso como el abismo.

J. López Rejas. El Cultural, 6-10 de 2023.

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