Cuando le hablé a un amigo acerca del proyecto de escribir un opúsculo sobre la vergüenza, su respuesta fue: "Que idea tan extraña. Sobre la culpa, vale: Dostoievski, Kafka... Pero sobre la vergüenza...".
Hoy me sorprende esa reacción puesto que ahora considero que la vergüenza envuelve una experiencia profunda, más extensa, más compleja incluso que la culpa y que implica múltiples dimensiones: moral, social, psicológica, política (y también me parece que Kafka y Dostoievski son sobre todo escritores de la vergüenza).
En mi vida personal creo que me ha embargado más a menudo la vergüenza que la culpa, creo haber tomado más decisiones doblegándome ante las imposiciones de la primera que ante los mandatos de la segunda. (...)
En realidad la reacción de mi amigo me infundió valor: Me dije a mí mismo que si bien se pueden llenar bibliotecas con volúmenes dedicados al sentimiento de culpa, sobre la vergüenza se había escrito menos. Sin embargo, en cada disciplina tenía su autor de referencia sobre el tema, y en todos los casos eran obras capitales: Serge Tisseron en psicología, Vincent de Gaulejac en sociología, Didier Eribon en sociofilosofía, Claude Jamin en psicoanálisis, Jean-Pierre Martin en crítica literaria, Ruwen Ogien en filosofía... Llegaba tarde.
No obstante me mantuve firme. Además podía apoyarme en sensaciones propias, sin tener que revelarlas necesariamente, podía recurrir a las emociones experimentadas durante algunas lecturas (James Baldwin, Annie Ernaux, Primo Levi, Simone Weil), podía citar a esas mujeres que sufrieron la humillación de los hombres: Lucrecia, Fedra, Bola de Sebo, Ana Karénina, las obreras de Daewoo en el relato de François Bon y muchas más.
La vergüenza es el mayor afecto de nuestros tiempos, el significante de las nuevas luchas. Ya no gritamos ante la injusticia, lo antirreglamentario o la desigualdad. Gritamos ante la vergüenza.
Enero de 2021. París, Rue Saint-Guillaume. Oliver Duhamel, presidente de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas, es acusado por Camille Kouchner, su hijastra, de haber abusado sexualmente de manera reiterada de su hermano mellizo a finales de los años ochenta, algo de lo que el director del Instituto de Estudios Políticos de París de la época ya estaba al corriente desde 2019. Ante el escándalo que golpea a su institución, los estudiantes se manifiestan y publican una carta abierta titulada "La vergüenza" para exigir la dimisión del director; Olivier Duhamel ya había dimitido por voluntad propia al enterarse de que se iba a publicar próximamente el libro...
Día 28 de febrero de 2020, París, sala Pletel, cuadragésima quinta ceremonia de los César. Cuando nombrar mejor director a Roman Polanski, Adèle Haenel abandona la sala con gran estrépito gritando: "Vergüenza, vergüenza, es una vergüenza".
En el mes de enero de 2020, Jean Ziegler, antiguo relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, proclama tras una visita al campo de refugiados de Moria, situado en la isla de Lesbos que es "la vergüenza de Europa"...
La vergüenza funciona con imaginación. Es necesaria para sentir "vergüenza del mundo" y pensar que las cosas podrían ser de otra manera... Lo que nos da la fuerza para desobedecer , para no resignarnos a esta terrible situación que cada día parece más factible y para mantener intacta la capcidad de rebelión es, retomando la expresión de Primo Levi, "la vergüenza del mundo". La vergüenza es una mezcla de tristeza y de rabia. No es algo que se supere, independientemente de lo que prometan los mánager del alma, sino que la transformamos confiriéndole la forma de la ira.
Frédéric Gros (Saint-Cyr- l'École, Francia, 1965) es profesor de Filosofía y es experto en historia de psiquiatría. Este extracto es un adelanto de "La vergüenza es revolucionaria", de Taurus, que se publica en España el próximo 11 de octubre.
El País, domingo 8 de octubre de 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario