Palacete de Teodorin Obiang, en la Avda. Foch de Paris,
confiscado por el Estado francés.
Durante años, presidentes y dictadores africanos, déspotas amigos de Francia, hombres que llevaban décadas en el poder sostenidos por la vieja potencia colonial, compraron estas residencias con millones cuya procedencia a menudo era difícil de justificar. Algunos fueron condenados, otros están bajo investigación judicial.
Ahora, la sucesión de golpes de Estado en el África francófona -el último, el que el 30 de agosto desalojó en Gabón a Alí Bongo, sucesor de su padre Omar- saca a la luz esta ciudad a la vez oculta y bien visible. Bienvenidos al París de la moribunda Françafrique, a un paseo por los restos de una época que esta misma semana, con la retirada de Francia de Niger, se ha acercado aún más a su final.
Los palacetes y apartamentos en los barrios más caros de la capital son la plasmación material, en el corazón de la vieja Europa, del turbio entramado de los intereses económicos, políticos y militares que Francia y sus socios africanos tejieron tras la colonización de los años sesenta . Omar Bongo resumió la Françafrique mejor que nadie: "África sin Francia es un coche sin chófer, Francia sin África es un coche sin carburante".
Está, de un lado, el París que todos conocemos, el de los museos, el de los grandes bulevares y el que se admira desde el Sena a bordo de los bateaux mouche, y luego está el otro.
"Safari Tour de la Françafrique", bautizaron el itinerario turístico Xavier Harel y Julien Solé, autores del cómic L'argent fou de la Françafrique (El dinero loco de la Françafrique), un cómic basado en una investigación periodística sobre el llamado "caso de los bienes mal adquiridos". En 2021, un tribunal francés condenó definitivamente a Teodorín Obiang, vicepresidente de Guinea Ecuatorial e hijo del presidente, Teodoro Obiang, por adquisición fraudulenta de un patrimonio en Francia. La pena fue de tres años de prisión en libertad condicional, una multa de 30 millones y la confiscación de sus bienes.
Harel, autor también de Afrique, pillage à huis clos (África, saque a puerta cerrada) y periodista de investigación, explica: "Estas propiedades ilustran la impunidad de las relaciones entre el Elíseo, los servicios secretos franceses y estos países. Ilustran el saqueo por parte de estos regímenes de las riquezas de países como Gabón, Congo, Camerún, de países donde hay petróleo que permitió a los regímenes seguir en el poder durante décadas".
No es mal lugar, para empezar el paseo, el 42 de la avenida Foch, que parte del Arco del Triunfo hacia el parque del Bois de Boulogne, en el oeste de la ciudad: 140 metros de ancho, 1.300 metros de longitud, el lujo y la calma de los distritos occidentales de la ciudad.
En el momento de la condena por desvío de fondos y blanqueo de dinero a Obiang hijo, las miradas se concentraron en la joya más preciada de este patrimonio, el 42 de la avenida Foch, en el distrito 16. Se trata de un palacete de cinco pisos con buhardilla, 3.000 metros cuadrados con cine, baño turco, y mármol y grifos dorados, estimado en 107 millones de euros, según detalló la prensa... La valla del 42 está hoy cerrada, como las persianas. Pero el régimen no ha dejado de considerarlo su propiedad. Una bandera de Guinea Ecuatorial cuelga de un balcón, y una placa gastada en el entrada dice en castellano y en francés: "Embajada de Guinea Ecuatorial", la confusión entre lo que pertenece al Estado y lo que pertenece al jefe del Estado o su familia es un clásico. La lista de investigados en Francia incluye al clan del presidente congoleño Denis Sasson Nguesso. El caso Bongo está pendiente de juicio...
Marc Bassets. París. El País, domingo 1 de octubre de 2023
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