Para su segundo trabajo, los directores y guionistas Marco la Via y Hanna Ladoul optan por combinar dolor y comedia entre algodones costumbristas y en clave feminista, pero sin llegar a restregar el mensaje por los ojos del espectador. No solo la abuela muestra vitola de activista, también el retrato de la madre saliendo adelante como emprendedora en un marco de economía rural sostenible que no excluye reproches al sistema -el cuestionable sacrificio masivo de animales que tuvo lugar por la gripe aviar, cuando la causa del problema está en su explotación industrial- o la nieta en su evolución personal e intelectual, encontrándose a sí misma y descubriendo a los suyos.
Es de agradecer que la escasa presencia masculina evite el tópico y la caricatura, como también unas pizcas de humor para redondear un filme que reivindica la sencillez y un aquel de bucólico, que en la vida no todo son lágrimas a calderos ni liarse a garrotazos.
M.A. Fernández. La Voz de Galicia, sábado 11 de mayo de 2024.
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