Mathilde Favier (Edward Berthelot/Getty Images) |
Favier reconoce que es una privilegiada y que ha tenido suerte en la vida. Nació en una familia acomodada que servía la mantequilla en bandeja de plata, que jamás hablaba del precio de las cosas y que enviaba cartas de agradecimiento escritas a mano. Con 14 años empezó a trabajar con el diseñador Karl Lagerfeld, con 16 ya iba a los bailes de Marie-Hélène de Rothschild en el Hôtel Lambert de París y con 18 tomaba el té con Madeleine Castaing y Jacqueline de Ribes. Lee Radziwill, hermana de Jackie Kennedy, le presentó a su primer marido, con quien se casó en el palacio del conde Giovanni Volpi en la Gidecca veneciana.
P.- ¿Echa de menos ese "viejo mundo"? ¿El presente es menos glamuroso que el pasado?
R.- No. Me siento muy afortunada de haber conocido ese periodo de tiempo porque me ha ayudado mucho en mi vida. Me enseñó a pensar de una manera y a dar prioridad a la calidad sobre la cantidad. Esas personas que mencionas, que eran personajes de otro mundo, solían recibir en sus casas y entretener a sus invitados de una manera tan detallista y refinada que se me pegó a la piel. Pero no pienso mucho en el pasado, prefiero mirar al futuro.
P. ¿Su agenda es su mayor tesoro?
R.- He tenido mucha suerte. He conocido a gente increíble desde muy joven. El padre de mis hijas es banquero, mi prometido es productor de cine... la gente que conozco tiene contactos. Yo los uso para ayudar a otros.
P.- ¿Cuál es el mayor error en materia de buenos modales?
R.- No respetar al prójimo. Nunca sabes que le puede estar ocurriendo a la otra persona, así que es mejor no juzgar ni reírse de nadie. No quiero ir de santa, pero me obligo a ser indulgente.
P.- ¿Hoy cuesta más acceder al lujo?
R.- No lo creo. El lujo no se trata de dinero, sino de tener tu propio gusto. Para mí la simplicidad es uno de los mayores lujos. Comer un tomate que sabe bien me parece uno de los mayores lujos.
P.- ¿A qué cree que se debe este auge del lujo que parece no tocar techo? ¿Qué busca la gente?
R.- Busca calidad. Para mí esa es la definición del lujo: calidad. Maria Gracia Chiuri (directora creativa de Dior) está muy pendiente de los detalles. Ella insiste mucho en que somos una casa de alta costura y que la alta costura es calidad y perfección Si no hay calidad y perfección, la costura no vale la pena...
Martín Bianchi. Madrid. El País, domingo 14 de abril de 2024.
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